Facetattoo
Por Mágico Johnson y Guille López
La ciudad está colapsada. El agua brota de las calles, que ya parecen arroyos, y el ambiente en la ciudad se pone feo. Bronca, fastidio y muchas caras mojadas pintan la escena. El mal humor generalizado es inevitable. Por fin logramos llegar al local de Face Tatto, ubicado en Santa Fe y Billinghurst. Subimos la escalera y nos recibe Fernando, su dueño, quien con su cálida sonrisa y buena onda hace olvidar el infierno de afuera. Nos invita a sentarnos junto a la silla donde tatúa hace mucho tiempo. Con Ramones de fondo, apretamos rec y empezamos con la primera pregunta…
¿Cómo fue que empezaste?
Me empezó a gustar por un amigo del colegio que había viajado a Los Ángeles y se había tatuado. El padre también tenia uno. Acá no había posibilidades de tatuar. Yo tenía 15 años. Había gente que tatuaba en la casa, pero no locales a la calle. Un día encontré un flaco que tatuaba y me hice mi primer tatto. Ahí es como que dije que estaba bueno, se puede vivir de esto. Igual hasta que decidí tatuar pasó mucho tiempo. Dibuje toda la vida, fui a bellas artes, mi viejo es dibujante. El dibujo estaba siempre presente.
¿Empezaste a tatuar en tu casa?
Primero en el local de un amigo que me había hecho un tatto y me dijo de tatuar. Con él empecé a laburar en su local, estuve menos de un año hasta que abrió mi propio local en la Bond. Fue en el 96. Ahí abrí el local 5 años, después 4 años a la vuelta y ahora acá.
¿Cómo fue el tema de pasar el dibujo a otro soporte como la piel?
Al principio era buscar victimas. Trataba de que no sean mis amigos. Tatuaba gratis. No es que me mandé de una sino que fui de a poco viendo para no pifiarla. Los primeros tattos eran muy rudimentarios. Estaba mi amigo que me decía las pautas básicas para no hacer ninguna cagada. Hice unos 50 hasta cobrar el primero. Eso me dio posibilidad de practicar mucho. Después es cuestión de mucha práctica y horas de vuelo, sobre todo mirar otros artistas además de la técnica.
¿Qué referentes tenés?
Uno de los que más me gusta es Philip Leu, uno de los que más gusta a la mayoría de los tatuadores. Hay un montón de estilos y de referentes. Hay muchos tapados que no los conoce nadie, que tatúan hace mucho menos tiempo, pero ya con muchas mas posibilidades de insumos, de ver, comparar. Por ahí un pibe que empezó a tatuar hace 5 años tatúa mejor que uno que tatúa hace 20 años. Se ahorró todo ese paso previo de soldar las agujas. Hoy en día con la tarjeta te llega a tu casa el mejor equipo, con las mejores tintas. Después va a depender de tu capacidad. Pero se te alisa mucho el camino. Antes era experimentar un poco.
¿Y de acá quien te gusta?
Hay muchos buenos. Me gusta El Colo, Máximo. Todos tenemos buena onda. Hay muchos con lo que tenés contacto más fluido y otros que no los ves nunca.
Con el tema de equipos, ¿como empezaste?
Cuando empecé me compre la mejor maquina con las tintas buenas. Es poner guita para hacerlo bien. Hay que dedicarle mucho tiempo por día, 12 horas por día, tratar de equiparte bien.
Volviendo al tema de la mudanza, ¿cómo fue la decisión de irte de la Bond Street?
Yo quería diferenciarme un poco. Cuando me metí en la galería no quería ser un local más. Cuando ya estaba ahí sentía que era uno más. Sentía que era como ir a Warnes. “¿Donde te tatuaste? En la Bond”. Y yo quería que digan “en Face”. Y la única forma de hacer ese paso es cortar ahí e irse afuera. Tímidamente me fui, primero a una cuadra, después acá. Desde que empecé todo fue creciendo. Antes había muchos mas prejuicios. Hoy también hay, pero mucho menos.
En el 2000 hubo un boom del tema tattoo y todos querían hacerse uno, ¿cómo lo viviste?
Ayudó mucho a que haya más trabajo y a vencer esos prejuicios. Tenía una mejor prensa el tatuaje. Depende de las personas que se lo hacen. Si se lo hace un referente que a lo mejor para un montón de gente nunca se hubiera tatuado, la gente empieza a mirar al tatto de buena manera. Eso también ayudo a ese tipo de gente que lo veía mal.
¿Ese boom se mantiene?
Cada vez crece más. Por ahí no es tan llamativo porque ya es más normal, pero es cada mas la gente que se tatúa y gente más grande. Todos los que tienen mi edad y no se tatuaron en esa época porque no había posibilidad o porque no se hubieran imaginado hacerse uno, capaz que se hacen.
Igualmente hubo un momento en que la gente no se quería tatuar…
Y está bien porque lo puede hacer alguien que tatúa bien, pero si no sabe cómo manipular los elementos es peligroso. Esas cosas son tan importantes como el arte porque estás tratando con la salud.
¿Qué le dirías a una persona que se quiere tatuar pero que tiene miedo?
Si realmente está segura de hacérselo que se lo haga. Si no sos propenso a desmayarte es difícil que te pase. Hay gente que tiene un poco de calor y se desmaya. Si estás seguro y sólo tenés miedo, hacételo. Si te queres tatuar toda la espalda mejor tomarlo con calma y hacerlo por partes. Hay lugares que son más sensibles. Pero todo termina en algún momento.
¿Hay clientes que te digan “haceme el tatto que quieras”?
Sí, porque es gente que ya sabe como laburas que ya vino o que tiene referencias. El pibe que estaba recién me dijo que fue a un montón de lugares y le decían que vaya otro día que se lo dibujaban. Y su referente, Martín, le dijo que venga acá que te lo hacen al toque. Se lo hice a mano alzada y me dijo que no pensaba que iba a quedar tan bueno. Hay veces que traen el dibujo y no esta bueno y se los redibujo. También muchas veces me traen la foto de un tatuaje que les gusta y no se los hago igual, se los cambio un poco para que sea más personalizado. Si se puede hacer algo personal mejor.
Me dijiste que te gustaba dibujar, ¿sos de dibujar para vos?
Sigo haciendo, menos porque tengo menos tiempo. Ahora estoy más que nada abocado a los diseños para los clientes. Tengo 20 mil proyectos que están ahí relacionados con el arte. Hago otras cosas que no tienen nada que ver con el tatuaje, pero como esto requiere de poner el culo en la silla y estar. No podés laburar 3 o 4 horas con esto porque no es completo.
Claro, hasta en televisión hiciste cosas…
Generalmente son cosas que tienen que ver con el tatuaje, que son tatuajes para actores, para publicidad. En Sol Negro hacíamos pinturas que eran cosas que hacían los locos supuestamente. No tenían nada que ver con nuestro estilo, tratamos de interpretar lo que el personaje haría. Lo charlamos con el dueño del programa, productor.
¿Te considerás una persona interesada en la tecnología?
No, voy para atrás. Sé meterme en Internet, busco artistas que me gustan, miro cosas, quizás de un pibe que tiene su estudio en Dinamarca y veo que está haciendo hoy en día. Encontrás a todos. Por medio del Myspace me encuentro con un montón de gente.
Volviendo a los tatuajes, ¿va a haber una convención este año?
Hay una ahora. Hay varias de diferentes organizaciones. Depende quién las hace yo me engancho. Si la convocatoria es por invitación por los laburos que tenes, voy. Si es por quien pague el espacio no porque es todo un quilombo y la gente no sabe diferenciar. Está bueno cuando hay una selección y todos laburan bien. Si el fin es que gane plata el que lo organiza prefiero quedarme laburando.
En tu trabajo, ¿buscas diferentes inspiraciones?
Sí, en la pintura sobre todo. Me gusta el arte barroco, sirve para aplicarlo. Hice un año de Bellas Artes y después seguí estudiando pintura con Alfredo Caruso que se murió a los 80 años.
Respecto a los tatuadores, ¿alcanzan para cubrir la demanda?
Hay muchos tatuadores y cada vez hay más pero también hay muchos que como que llegan a un techo y no avanzan más y desertan. Con esto de que hoy en día es fácil equiparte, hay mucha gente que se equipa y que por ahí no sigue. Y cada vez crece más el número de gente. También crecen los desastres. El tiempo irá concientizando a la gente a darse cuenta que hay que pensarlo bien. Hay gente que no se fija mucho. Está bueno mirar bien y tomarse tiempo.
Me imagino que tendrás alguna anécdota…
La primera vez que se me desmayó alguien. No sabía que podía pasar. Era un pibe que lo había tenido en brazos cuando nació. Le estaba tatuando el pie y de repente se cayó. Ahora estas más atento a eso y te das cuenta antes de que se desmaye.
Ahora hablame un poco de vos, ¿qué música te gusta?
Me gustan muchas cosas. Lo que más me gusta es lo que empecé escuchando que es rock inglés viejo: Rollings, The Kinks, Black Sabbath. Después escucho de todo. La música tecno y electrónica no me engancho, puedo escuchar alguna cosa pero hasta ahí. La cumbia tampoco.
¿Videojuego?
No juego a nada. Cuando era chico a los flippers. No quiero enterarme cómo es porque sé que ocupa mucho tiempo. Prefiero salir a correr o andar el skate.
¿Película?
Una que me regalaron hace poco que se llama “Los Amos del Dogtown”, que es de skate. La terminé de ver y me fui a comprar un skate, que no usaba hace 20 años. Es la película de los precursores del skate.
¿Cómo ves al tatuaje en el futuro y cómo te ves vos?
Para mi es algo que se va a ir profesionalizando más y que va acrecer cada vez más. Yo espero seguir tatuando. Por ahí menos tiempo por día, pero es algo de lo que voy a poder seguir viviendo. No creo que pase de moda porque es algo que no se va, aunque pase de moda está. Es como ir a la peluquería, no se pasa de moda. Por ahí vayan cambiando los estilos pero es algo que está implícito y siempre va a haber alguien que lo va a querer.
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