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Coni Rosman nació, creció y actualmente vive en el barrio de Almagro, Buenos Aires. Es estudiante de la carrera de Artes de la UBA, pero desde los 13 años que estudia fotografía de manera independiente. Desde hace algunos años continúa su formación en talleres coordinados por Don Rypka, Adriana Lestido, Eduardo Gil, Nacho Iasparra, entre otros. Desde muy chica la fotografía tuvo un lugar especial en su vida, fue una manera de relacionarse con el mundo.

Lo que más me motiva a la hora de sacar fotos es hacer una pausa en el continuo de la vida, es salir del ritmo cotidiano y entrar en el ritmo de la fotografía, donde se interrumpen los otros sentidos y se exalta la visión. Además en la foto aparecen cosas que me sorprenden, que me sensibilizan para hacer el click y aparecen después, al ver la imagen.

A pesar de su corta edad (27 años), fue seleccionada con su obra “Domingo en guardia” para el premio IILA a la fotografía latinoamericana, lo que le permitió además exponer en el Museo de Arte Contemporáneo de Roma, en el Festival Internacional de Fotografía en 2012. Fue gracias a esta experiencia, que volvió a Roma en 2013 a inaugurar su primera exposición individual.

Fue un trabajo re intenso para llevarlo adelante, porque durante 8 meses asistí todos los domingos a la guardia de emergencias del hospital Tornú para realizar las tomas, y se me jugaban muchos sentimientos por momentos, pero el resultado valió el esfuerzo.

Actualmente Coni se encuentra ordenando sus búsquedas fotográficas, trabajando en una serie orientada al fotorreportaje sobre San Lorenzo, un barrio marginal en Roma, y un proyecto que la entusiasma particularmente, una serie sobre mujeres en ámbitos naturales.

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Las fotos de esta entrega fueron tomadas en 2013, durante un viaje por Lisboa, Berlín, París, Roma y Barcelona con una cámara Canon 5D Mark II, con una focal de 35mm – mi favorita-. Son algunas vistas de la sensación de viajar, que se parece mucho a fotografiar. Todo se vive más intenso, con algunos sentidos exaltados y hay que dejarse sorprender. Lo que está por venir siempre es nuevo, y hay que bienvenirlo.

Leí hace un montón en un libro de Galeano una frase que me acompaña en todos mis viajes y les da sentido, dice algo así como: “es preciso perderse para volver a encontrarse”… Y un poco como un mantra y otro poco como excusa, me acompaña en mis viajes, para irme cada vez más lejos y perderme lo suficiente.

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