Amarillo Papel

Les presentamos en esta oportunidad el trabajo artístico de la diseñadora Paz Brarda, quien a través de sus propias palabras hace un recorrido por su formación, sus influencias y sus proyectos.

Siempre tuve una marcada cuestión hacia lo visual; no sabía bien qué ni cómo, pero el universo de las imágenes me atraía mucho y dí vueltas un poco por la fotografía. Finalmente llegué a la FADU, donde hice la carrera de Diseño Gráfico. En la búsqueda que esta carrera propone, comencé a trabajar con el collage, que surgió como una experimentación del lenguaje que derivó en una forma de expresión personal.

Trabajé como diseñadora en una empresa hasta que al recibirme decidí armar Huronia con un amigo. De todas maneras, seguía con mis collages sin darle ningún marco, hasta que me pareció que tenía que armar algo en donde pudiese mostrar mi trabajo personal y así nació Amarillo Papel, fue un hacerme cargo de ésto… que me hacía tan feliz.

Gané algunas convocatorias como Cultra/dgcv “Edición de verano” o la de Crann #40. También participé en el calendario que arma el Estudio ESEGE con diseñadores, ilustradores y otros artistas de Argentina y Canadá.

¿Cuáles son los artistas, ilustradores y diseñadores favoritos? ¿A quién recomendarías?

Uff qué difícil… las distintas vanguardias artísticas de principios de siglo XX. Los collages de Hanna Höch me gustan mucho y son muuuy recomendables. Me gusta el Art Noveau, Alfons Mucha, creo que mis collages tienen algo de eso, de naturaleza que envuelve, de pájaro, de mujer, de orgánico. Y en el otro extremo, me gusta Liniers, me gusta porque pareciera que no tiene miedo de sus trazos, le salen como quien habla a borbotones. Tengo una larga lista de artistas que me gustan, extrañamente de diseñadores sé poco.

Me gusta cómo se unen imágenes diversas provenientes de universos distintos generando uno nuevo. Como a la imagen nena de una revista de los ’50 le empiezan a crecer flores en los brazos y la rodean manchas flúor. Y empieza a hablar de otra cosa, muy lejana a su modelaje de pollera cuadrille de la revista.

Pero esto es una parte, creo que hay algo que va más allá que no puedo ponerlo en palabras, que no tiene que ver con algo que ví en la técnica, sino más bien con la sensación que me produce al hacerlo. Me lleva a un estado que hace que una vez que está terminado el collage lo siento como extraño, como ajeno, me cuesta reconocer que lo hice yo.

Tengo una instancia de búsqueda de materiales, revistas, cartones, boletos, enciclopedias, apuntes viejos. Ya a esta altura tengo un cierto cúmulo de material pero siempre aparecen cosas nuevas que me permiten mutar.

Generalmente parto de un soporte que ya trae ciertas huellas (marcas, cortes, manchas) que me develan una estructura; suele pasarme que empiezo por una idea/imagen y termino muy lejos de esa idea primera.

Aparece luego una imagen central y después es casi un trabajo morfológico; formas y contraformas que se van uniendo. Me gusta trabajar en varios niveles de lecturas, mis collages tiene muchos pequeños detalles. Me sorprende como se unen las imágenes, como ciertas terminaciones de una imagen parecieran estar esperando que las complete otra venida de un lejano universo.

No, al menos no como una decisión a conciencia. Creo que sí hay puntos en común entre mis diseños y mis collges. Pero no desde la aplicación de la técnica en sí. Aparecen ciertos elementos, colores, texturas reconocibles en ambas actividades.

Amarillo se pone el papel por el paso del tiempo, y yo trabajo con materiales de otras épocas. Todo huele a papel viejo en mi escritorio.

En la mayoría de los callages, está la presencia de algún ave. ¿Hay alguna razón para eso?

Me sucede así, no hay manera de erradicar las aves de mis collages. Debe haber razones pero aún no logro descubrirlas, es un punto en común con mis diseños.

Papel, cinta y plasticola. Nada más. De tecnología, ni “mú”.

Para más información:
www.amarillopapel.com.ar