Una tarde con el escorpión
Por Pablo Bobadilla
En 2010, la leyenda del fútbol colombiano, el arquero René Higuita se retiró a los 43 años y con 52 goles convertidos. Hace pocos días un arquero marroquí llegó a la fama haciendo una pirueta: el escorpión, la proeza que patentó René en el estadio de Wembley en 1995 y que nació en una publicidad para el refresco Frutiño. Estábamos los muyricotodenses refrescándonos en la terraza festejando el fin de año y de década, hablando del horóscopo y nos acordamos de René. Uno de los primeros días de 2006, Pablo Bobadilla pasó una tarde con Higuita y acá publicamos la charla inédita sobre cirugías, fama, Dios, drogas, deporte y violencia que tuvieron.
Casi al mismo tiempo de ofrecer aguapanela o aguardiente para tomar y guayaba o natilla para comer, los campesinos que me pasean preguntan si no me apetece entrevistar a René Higuita, y van apenas unas horas de mi llegada a Guarne, un pueblito colombiano en la región montañosa de Antioquia, a una hora de Medellín. Es que el arquero habita una finca en Hojas Anchas, una vereda – especie de barrio rural- cercana al pueblo y es de lo más común ver al viejo René montar su caballo, hacer las compras o jugar al pool con los pibes del lugar. Si estuviesemos en el zodíaco, la casa contigua a la del escorpión sería la de Sagitario, pero estamos en Colombia y las tierras linderas a la finca del arquero colombiano más famoso son de la familia de Pablo Escobar Gaviria, el archi conocido jefe narco.
Se puede ver enseguida al viejo René y a su nueva cara y a ningún paisa se le mueve un pelo por eso. Al día siguiente interrumpo la revisión de mails porque me vienen a avisar que Higuita me da la nota pero cinco minutos no más porque se va a Madrid a dar una entrevista a la televisión española.
En la plaza central, sentado al volante de su 4×4, René, boina azul camuflada, rostro lampiño y nueva sonrisa, extiende su mano y saluda con voz grave y pausada. A su lado está Manolia, su bella mujer, y detrás, una empleada doméstica abarrotada de comida para animales y compras de último momento. Dice que los cinco minutos de entrevista pueden suceder en la camioneta o en la finca – a 15 minutos del pueblo. Digo que en la finca y no hacemos cláusulas sobre preguntar en el camino. Siempre se puede describir ¿no? Corro a comprar pilas y cassete y subo a la camioneta unas cuadras después, donde Manolia paró a comprar un protector bucal que René olvidó empacar.
La elección de vivir en un ambiente rural, de un verde hegemónico con días soleados y aire fresco, y noches de cielo brillante y silencio apenas interrumpido por grillos, luciérnagas y algún mugido vacuno en la oscuridad del monte contrasta con la idea de someterse a un cambio de rostro mediante cirugía plástica y además televisar la intervención. El tipo que le cambió la cara al fútbol se cambió la cara. ¿Importa la estética en el medio de la belleza natural? ¿Será consciente Higuita de que porta una cara nueva en un lugar en que no hay espejos ni vidrieras donde ver reflejado el rostro a cada paso?
¿Cómo se llaman Los Reyes allá? Tienen travesti y todo ¿no? Ése que tiene loco a medio país.
La pregunta es de René y los monarcas a los que se refiere son nuestros Roldán, remakeados en Colombia como Los Reyes, con símiles de Laisa, colectivo y docotomía entre ricos y pobres, con fanatismo por Nacional de Medellín en vez de San Lorenzo pero con el mismo efecto de rating febril. Higuita tuvo un año catódico luego de un verano narcótico, participó en dos reallytis: La isla de los famosos y La gran apuesta, aprovechando una sanción por dóping positivo por cocaína que le prohibió jugar en el fútbol ecuatoriano. Entonces René dejó el Auca, su club, y se metió en la tele.
Higuita le dijo a su amigo Leonel Álvarez mientras participaban en el reallity, La isla de los famosos que los dos eran muy feos para estar en el programa junto a celebridades bonitas y que deberían estar en aquellos donde los participantes son sometidos a cirugías plásticas para embellecerlos. La producción de Cambio Extremo, la versión colombiana de Transformaciones esperó a que “El Escorpión” saliera de La isla y luego de La Gran Apuesta, otro reallity que integró Higuita mientras cumplía su suspensión por doping, para ofrecerle la invitación. Así, René Higuita se convirtió en el paciente número 33 de Cambio Extremo. No sólo fue un cambio de cara: el jugador fue operado en la Clínica del Chicó, en Bogotá donde le realizaron además de la cirugía para mejorar su imagen, un diseño de sonrisa. Fue operado y remodelado por siete profesionales a cargo del cirujano plástico Ernesto Andrade, le retiraron el exceso de grasa, músculo y piel de los párpados, rectificaron el tabique desviado, corrigieron la punta de la nariz, que era redonda y le disminuyeron el tamaño de las fosas nasales. “Le adelgazamos la nariz”, resumió Andrade. Pero no todo fue quitar: le pusieron un implante de silicona en el mentón e injertos de grasa en los pómulos. El dermatólogo Giovanny Bojanni trabajó sobre la piel que diagnosticó dañada “por el sol y el esfuerzo, con una serie de manchas y pronunciadas líneas de expresión que serán eliminadas”, en efecto, el láser borró las manchas y un lunar del rostro del deportista. Además hubo tratamiento para reducir grasa abdominal, una liposucción y una demarcación de los músculos del abdomen, delineamiento de la barba, corte de pelo y asesoramiento estético para “sacarlo de los ochenta en su look”.
La operación duró cuatro horas, la recuperación cuatro semanas, dos meses después de pasar por el quirófano El Escorpión con una sonrisa de blanco dentífrico declaró en conferencia de prensa: “Aprendí a vivir con lo feo, así que voy a seguir siendo el mismo. El hecho de que me hayan cambiado un poco no me afecta en nada como persona”. Y la partida terminó pagándole bien al arquero: ganó exposición pública, adelgazó su cuerpo y engordó su cuenta bancaria.
Apenas se bajan la mujer y la empleada con las bolsas, René señala el reloj en el tablero y dice: “De acá al garage hay cinco minutos reloj, así que empiece, mi calidoso”.
Pongamos al tanto a los argentinos ¿cuándo fue tu sanción?
La sanción vino a finales de 2004 o sea que a mitades de 2005 yo ya podía estar activo y era solamente en Ecuador, se me presentó la posibilidad de trabajar en televisión en Colombia e hice ocho meses. Cuando terminaron los reallitys la sanción ya estaba por finalizar. Al salir se generó mucha expectativa y estoy preparándome para volver a jugar.
¿Al Auca?
No sé si al Auca, estamos pendientes pero hay otros ofrecimientos, vamos a esperar- responden el Higuita futbolista y su correspondiente plural.
¿Cómo tomaste este paráte? Porque fue una sanción por doping pero no fue por una droga para mejorar tu calidad deportiva. Estuviste sin jugar pero expuesto al ojo público a la vez.
Lo más difícil siempre ha sido lo público pero yo creo que la vida siempre continúa y da muchas vueltas y tenemos que estar preparados siempre para lo que venga, hay que saberla sortear en todos los campos. Pero como no hay mal que por bien no venga, yo creo que lo que hice en tv era lo más necesario, que vieran realmente a René Higuita: no aquél que había salido dopado, aquél al que la vida le estaba cobrando por actos de indisciplina anteriores cometidos en sus vacaciones. Yo me considero una persona bastante sana, bastante profesional y cuando tengo vacaciones también creo que soy como cualquier gamín (ciruja) me gusta compartir con mis amigas, con mi gente, con mi familia. Me desordené y después de prácticamente terminar el año me vienen unos residuos que dicen una cosa y no es tal, si lo que castiga la ley de doping es aumentar la capacidad deportiva yo nunca lo he hecho, porque yo tomé droga para aumentar mi capacidad de joda y de vacaciones. Consumí sustancias prohibidas por el doping y me las detectaron un año después de haberlas consumido. No fue una medicina recetada por los médicos por la que me castigan sino parte de la vida personal, que es muy aparte de lo futbolístico.
¿Hay un límite entre lo público, lo íntimo y lo privado?
Yo creo que debería haberlo, en mi caso no hay límite, están entrando a la cocina de mi casa.
Tu pena tiene más olor a sanción social o moral, pero luego de la sanción te expusiste y te sometiste a un cambio facial ¿porqué te sometiste a cirugías?
Del reallity no te puedo decir mucho, por contratos de confidencia. Lo único que te puedo decir es que con la plata nunca me he peleado ni me voy a pelear. (Risas)
¿Te notás distinto? ¿Te olvidás que te operaste?
Yo me siento igual, la verdad es esa. La gente me sigue reconociendo igual o más que con mi cara anterior. Creo que en el exterior los que no han visto el programa van a notar un cambio grande, acá la gente siguió el programa y no se nota tanto el cambio. Le dieron mucha promoción y tuvo mucho rating el cambio extremo mío, que era un objetivo de RCN (el canal), por mi parte creo que se hizo un buen trabajo. El corazón es el mismo, Higuita es igual. Simplemente lo tomo como trabajo.
Los caminos colombianos obligan a dar un volantazo cada dos segundos para poder avanzar por el monte. Las preguntas y respuestas se sacuden entre curva y contracurva.
Leí que te gustaría hacer un programa como el de Maradona…
Estuvimos conversando con el presidente de RCN y tienen muchas ganas de seguir nuestra relación ahora no sé con que empresa para que financie un proyecto tan grande pero vamos a buscar un patrocinio y un proyecto a la medida. Estamos buscando hacer algo bueno, con calma, sé que el apoyo está.
¿Y cómo harías con el fútbol?
Yo todavía no me retiro y siempre fui un jugador antes que cualquier otra cosa, cuando firme un contrato con un club veremos qué proyecto televisivo se puede encarar con qué tiempo y sino se consigue el tiempo no lo haré. El fútbol me divierte y gano dinero con él.
¿No pensaste en poner una escuela de fútbol?
¿Para que los chicos vayan y digan que no ven a Higuita? No, cuando me retire sí, quiero poder dedicarme. Tampoco puse un restaurant o una disco para no entrar en la industria de la envidia. Abrís algo y otro va abrir otra cosa para que vos cierres.
Es que Higuita vive de Higuita, de lo que genera en publicidad y contratos televisivos y lo que cobra por entrevistas, además tiene fincas donde cría chanchos y cultiva maíz. Enfrente nuestro aparece la casa: grande, de dos pisos con ladrillos a la vista y el césped cortado prolijo, linda pero sin ser ostentosa. Los cinco minutos de nota agonizan. Hablamos de su hijo arquero en las inferiores de Nacional de Medellín y que juega en la selección sub 16 y sub 20: “Creo que tiene el estigma del puesto del padre, también juega bien con los pies pero debe animarse, compartimos un partido a beneficio, como un jugador estaba lesionado el técnico lo puso 20 minutos. Creo que va a ser un gran futbolista”.
Estacionamos, Huiguita, invita a seguir charlando. “Esta es mi humilde casa dice” y pide que nos traigan café, pasamos al patio. Entre varios diplomas enmarcados hay un retrato de Pablo Neruda: la cara en negro, el fondo en rojo. Nos sentamos en unos bancos blancos junto a una hamaca paraguaya y pienso: ¿Cuál es la hora de tomar café para un colombiano? Todas las horas.
¿Cuándo tomaste conciencia de lo público?
Creo que siempre lo supe porque para mí lo mas importante es mi vida privada, vivo en el campo porque en Medellín es un autógrafo a cada paso. Agradezco el reconocimiento y el cariño pero hay que poner límites, por eso con mi entorno ponemos tiempos: cinco minutos para notas cinco minutos de autógrafos y hasta otro día.
Es muy importante el relacionista público, para eso y para cuidar la imagen. Conozco gente buena que tiene una imagen de mierda y conozco gente de mierda que tiene mejor imagen que yo.
Lo que a Diego (Maradona) le pasa es lamentable, casi no tiene vida, ha demostrado ser íntegro, un símbolo atlético que es por lo que lo conoció la sociedad mundial, sacado como lo sacaron de un apartamento donde no estaba haciendo mal a nadie, sólo hacía lo que le gustaba. Pero cuando empiezan los medios de comunicación con una persona pública se corren los límites, hay muchas maneras de proteger a alguien público y sancionarlo a la vez. Pero en aquella oportunidad con Diego buscaron ejemplificar, la autoridad podía castigarlo sin exponerlo. Su programa pudo haber sido la oportunidad de plantear la situación del ídolo desde otro lugar pero se fue por el lado de la adulación ¿no? Me gustaría hacer algo distinto, un libro de entrevistas con ídolos que sirva de manual para el público y para las estrellas. El final y recomendación para ambos lados sería: Acostúmbrense.(risas)
¿Creés que el deporte se debe un debate sobre las drogas no deportivas?
Yo respeto el tema porque hoy en día no voy a ir en contra de nadie, en algún momento acá se habló de la dosis personal.
Creo que el día de mañana va a cambiar ¿cuántas vidas se ha cobrado el narcotráfico porque es ilegal? Algo es ilegal cuando se tuerce la ley. No veo ninguna diferencia entre la coca y el alcohol, para mí es peor el alcohol porque se va destruyendo a la persona lentamente muchas personas se han muerto por el alcohol y sin embargo es legal, la diferencia es que hay gente que se hace rica porque lo han legalizado y quién es esa gente. El Estado colombiano se enriquece con el monopolio del alcohol. Pienso que si las consecuencia son gravísimas y si un día el alcohol y el tabaco fueron contrabando ¿Por qué hoy pertenecen al Estado?
Incluso la coca fue introducida desde Bolivia por el Estado colombiano…
¡Esa historia no la sabía! Pero la mayoría de los consumidores de drogas de calidad son de la clase alta y los de mala son pobres o sea que hay mucha hipocresía sobre el tema, porque los pobres nunca gobiernan y los que gobiernan son los que dictan la legalidad de las cosas.
¿Cómo fue tu relación con Pablo Escobar Gaviria? Vos lo visitaste en la cárcel en 1992 un año antes de su muerte. En Argentina hubo versiones periodísticas pero sin mucha profundidad sobre su relación.
No se extrañe, porque acá los medios son muy amarillistas, no preguntaron si Huiguita va solamente a saludar a Pablo Escobar o si siempre visité hospitales y cárceles o si jugaba seguido con Pablo. Quizá no preguntan sólo para dañar imagen. Yo hoy en día puedo decir que soy uno de los pocos amigos que le quedó a la familia Escobar Gaviria. Después de Dios somos todos pecadores. Para mí no existen los rótulos creo que somos todos de carne y hueso y no existen ni paramilitares ni guerrilleros ni narcotraficantes, sino seres humanos, colombianos. Y en mí siempre van a encontrar con una persona que gracias a ellos puede ejercer la profesión que ejerce y que no se va a fijar con quien habla. Yo me debo al pueblo colombiano.
¿Cómo ves la situación que le toca al pueblo?
Quiero una Colombia mejor, cuando escucho al presidente (N de la R: Por entonces Álvaro Uribe) decir que las diferencias con la guerrilla se solucionan en cinco minutos y que los guerrilleros son responsables de la situación, cuando en realidad llevan 50 años de lucha para cambiar la situación no me parece sincero. En medio de mi ignorancia sobre política creo que la violencia no se soluciona con violencia, espero ver una semilla de paz crecer. En medio de las balas y las bombas estamos todos.
¿Qué opinás del reciente asesinato del futbolista Elson Becerra en una disco?
No sabía hasta ahora que había sido él, había escuchado la noticia pero me sorprendí, no es el primero ojalá sea el último. Las muertes por balazos van en contra de la voluntad de Dios, no es nuestro destino terminar nuestras vidas así. Debemos como sociedad repensar nuestro comportamiento porque hay cristianos que no están siendo tan cristianos hay diplomáticos que no están siendo tan diplomáticos y hay colombianos que no están siendo muy colombianos.
¿Cómo querés que se recuerde a René Higuita?
Quiero jugar un mundial más para la selección Colombiana quiero que recuerden al jugador al futbolista. Con la cara que quieran bien o mal pero que lo recuerden.(RISAS)
Siempre te dijeron loco, rebelde, pero sonás muy reflexivo ¿el cambio fue sólo externo o hubo algo más?
Entendí que la vida es una escalera, y cada escalón que uno sube le permite mirar con mayor distancia y perspectiva su recorrido anterior y puede decir “cómo la cagué”, o “menos mal que no la cagué tanto”. La gente pública comete sus errores y recibe las críticas en público. Es el juego, lo acepto pero quienes critican y señalan fíjense que cuando uno apunta con el índice el pulgar apunta primero a uno. Primero hay que mirarse y luego criticar.