Enchulando ruinas
Por Luisa
Oriundo de la ciudad mexicana de Bacalar, en la frontera con Belice, Edgar David Argaez Calderon trabaja y vive en Monterrey. Allí, además de intervenir sobre los espacios públicos con figuras fantásticas que nacen de los muros, montó su propio taller de grabado y forma parte del colectivo Arte Cocodrilo.
La feria barcelonesa Swab fue uno de los destinos durante la gira europea de Mágico Johnson, donde tuvo oportunidad de conocer a Edgar, quien representaba, junto con otros artistas, al colectivo Arte Cocodrilo. Núcleo de artistas gráficos emergentes en la ciudad de Oaxaca, y promotor del arte joven mexicano desde 2005, Arte Cocodrilo expande cada vez más sus límites con un proyecto bien definido de divulgación y promoción artística a nivel mundial.
A partir de este encuentro, surge la idea de armar algo para muyricotodo* con Edgar, en principio una reseña de sus trabajos, que luego mutó a entrevista y finalmente a notas autobiográficas que se dispararon como respuesta a mis preguntas.
¿Cómo describirías tus inicios en la pintura?
Provengo de una pequeña ciudad en la frontera mexicana con Belice llamada Bacalar, un lugar bellísimo, pero yo crecí en un ambiente muy aislado y artísticamente estéril, afortunadamente los pocos esfuerzos de terceros por crear un ambiente artístico que produjera algún efecto en las futuras generaciones tuvieron algún efecto en mí.
La primera exhibición de pintura a la que pude asistir me dejó muchas ganas de hacer mis propias creaciones. Desde niño siempre tuve facilidad para dibujar pero nunca había usado esa habilidad creativamente, fue con mis primeras lecciones de pintura en la preparatoria, acceso a información y libros de historia del arte, que el mundo se me comenzó a abrir, nuevos territorios en lo creativo fueron revelados para mí. A veces me pregunto, ante el hambre de conocimientos que yo tenía en mi adolescencia ¿Qué hubiera sido capaz de hacer con una cantidad de información como la que ahora podemos manejar con Internet? Internet llego a mi ciudad después de que terminé la prepa y nunca fue tan bueno como hasta ahora, por eso creo que la cultura visual de los jóvenes actualmente se ve ampliada por este medio. Tengo 28 años y me siento como un viejo haciendo este comentario jajaja, pero así fue.
Tuve un maestro de pintura que lo mejor que tenía era incrementar mi curiosidad y mis ganas de aprender. El máximo recurso técnico que aprendí fue “la pincelada seca al acrílico” para generar texturas, también creo que él influenció un poco en la forma que tengo de configurar algunas composiciones en forma de lianas enredadas como nudos. El aislamiento rural siempre fue un problema, pues aunque fantasearas con las técnicas que el maestro te contaba que existían, era imposible llevarlas a cabo por la inexistencia de medios. Años después trunqué una carrera que me tenía insatisfecho para dedicarme por completo a las artes. Lo primero que hice fue volcarme e involucrarme en el muralismo comunitario en los barrios del centro de mi ciudad, realizando algunos proyectos. Me matriculé en la escuela de artes plásticas de Xalapa Veracruz, una institución de mucho prestigio en el país, y estudié a la par de mi carrera de pintor en talleres de muralismo al estilo de la “escuela mexicana de pintura” con un viejo muralista que todavía pintaba al fresco y colaboró con David Alfaro Siqueiros cuando era joven, un viejito revolucionario empapado de la ideología y el discurso que predominaba en los temas de la época del muralismo mexicano, aprendí muchos secretos del oficio con él.
¿Cuáles son tus gustos y tus influencias?
Disfruto mucho pintar en la calle, en sitios abandonados, ruinas, rocas etc. Pero me apasiona la pintura al óleo y las técnicas gráficas de estampa, como la litografía, xilografía, serigrafía, aguafuerte, etc. esto enriquece y complementa mi lenguaje y vocabulario visual. Me gustan las cosas clásicas, el oficio, pero soy muy diverso en mis gustos, aprecio tanto al neofigurativo como al kitsch, me gustan las ilustraciones viejas, las estéticas medievales, el grafismo prehispánico indígena, la pintura europea de la modernidad, la ironía de los posmodernos neomexicanistas. No acabaríamos, tan amplio es mi espectro de gustos que casi nunca me refiero a nombres específicos. Me influye bastante el trabajo de mis compañeros del colectivo Arte Cocodrilo.
¿De qué se trata el colectivo Arte Cocodrilo? ¿Qué significa trabajar en un colectivo como éste?
Hace un par de años, en el verano de 2009 al concluir mi formación artística en la universidad, fui contactado por René Almanza, director de Arte Cocodrilo, para participar con ellos en producciones y exposiciones del colectivo, en la ciudad de Oaxaca. El colectivo Arte Cocodrilo es un proyecto con más de seis años de trayectoria, compuesto por artistas jóvenes de muchas partes de la republica mexicana, que buscando espacios en un terreno tan complicado como lo es la ciudad de Oaxaca, deciden unir fuerzas para mejorar su productividad, optimizar la autogestión y generar un mayor intercambio cultural y artístico con el norte el país, que en ese momento era una escena muy divergente con respecto al sur. Fundan un taller de grabado y una galería emergente muy concurrida, que nunca dejó de ser productiva y de tener exhibiciones incluso durante el conflicto social que se dio en la ciudad hace algunos años. Ha servido como plataforma y red de apoyo para artistas emergentes que tienen su base conceptual muy arraigada al dibujo, como una forma de lenguaje muy personal y además manejan las artes gráficas como soporte, motivo por el cual yo tenía un perfil adecuado para integrarme. La trascendencia de que un grupo colectivo haya funcionado tanto tiempo, estriba en que el periodo de los grupos artísticos en México tuvieron su auge durante la época del neomexicanismo y la posmodernidad a finales de los 70’s y a lo largo de toda la década de los 80’s estancándose posteriormente y convirtiéndose en una práctica en desuso.
¿Cómo fue tu experiencia en Swab? ¿Con qué obra participaste?
Recientemente fundamos un taller de grabado en la Ciudad de Monterrey con una hermosa prensa roja que adquirimos de forma colectiva, desde aquí me hago cargo de labores manuales propias de un taller de oficios y de repente operación logística de expos y presentaciones en festivales de arte y ferias como el Swab donde tuve la fortuna de conocer a Ariel (mrt*). En esa ocasión participé haciéndome cargo de una exposición colectiva del grupo, aglutinado bajo el nombre de Galería Arte Cocodrilo Monterrey, que es un proyecto de difusión que estamos trabajando desde el pasado año, fue muy complicado de realizar para una sola persona, pero afortunadamente conté con el valioso apoyo de Maximiliano Ruiz y otros compañeros artistas radicados en Barcelona. Participamos cinco artistas, con estampa y pintura, yo exhibí tres serigrafías de mediano formato y una enorme pintura modular de tres metros por metro treinta (casi un mural), llamada “muerte florida” en donde exploro la naturaleza sanguinaria del ser humano y los hechos violentos acaecidos en mi país en recientes fechas, con desmembramientos, entrañas y mutilaciones en todo el formato, el Swab fue una grata experiencia, fuimos muy bien recibidos por el público español, llamamos la atención y a pesar de los disturbios y la crisis, concretamos ventas importantes. Le debo mucho a mi grupo, pues gracias a él he tenido la oportunidad de convivir con artistas muy buenos y aprender de todo el mundo. Bajo su nombre he podido llevar mi obra a Europa en varias ocasiones y tener una mejor difusión que si me encontrara solo y esforzándome por mi cuenta. El panorama que presenta el colectivo es muy amplio, se colabora con artistas de lo más variopintos, low browers, pintores urbanos, grafitteros, conceptualistas, objetuales, neofigurativos, comiqueros y un largo etc. Pero siempre con el común denominador de un desarrollo dibujístico firme y auténtico.
¿Cómo vincularías tu obra con la de los muralistas mexicanos que nombraste antes y cómo pensás que se vincula con el entorno del arte contemporáneo mexicano?
Existe la percepción de que un acento característico en nuestra generación en el empleo de una pesada y expresiva linea “Bold” en el trazo de nuestros dibujos, por mi cuenta y particularmente en mi trazo, puedo decir que eso es un remanente de la estética muralista del trazo sensible de línea periférica, que se manejaba para generar efectos de volumen visto desde la altura del muro y a mí se me educó la mano cuando trazaba los bocetos directamente en el muro y ya jamás se me quitó ese pulso tan pesado, dudo que sea el caso de mis compañeros, pero en mi experiencia es de donde proviene ese “golpe”.
Para terminar, es interesante destacar qué lugar pensás que tiene en la pesada carga histórica mexicana la pintura mural y su relación con los gobiernos de paso…
Yo siempre he creído que es una incongruencia y una ficción ensalzar las virtudes inexistentes de quien te tiene contratado, en este caso el estado que contrata un mural sobre historia o algún tópico oficialista. Esto es hacer retratos fársicos. El gobierno nunca te pagará para que le critiques, más cuando éste es un incongruente, para mí éste ha sido uno de los grandes pecados del muralismo mexicano, ser tan idealistas y tener que trabajar para el discurso oficial de una independencia, una democracia, libertados y derechos que sólo existen metafísicamente. Por eso mismo considero que el mural debe estar en la calle y lejos de donde se le quiera manipular, debe obedecer a sus propias fuerzas generadoras y no estar subordinado a nada que comprometa su integridad artística.
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