Notas al pie | James Victore / Letra fea, espíritu libre
Por Lucas López
Las historias personales de James Victore devienen en gritos vitales de impacto global, cuyo glorioso antecedente son los alegatos con tinte social Racism, Just Say No y Use a Condom.
El célebre diseñador James Victore funciona a contrapelo de las luces del diseño, aunque su actualidad como furioso Instagrammer lo convierte en un “héroe, a su pesar“. Victore es un provocador que enfrenta los postulados de la buena forma por medio de ideas incendiarias, doodles de servilleta y letra fea. Según su propia definición para muyricotodo*, “la letra fea es sexy. No sé la diferencia entre ‘hermoso’ y ‘feo’. Y realmente no me importa. No hay mujeres feas. A menos que sean pobres de espíritu, son todas hermosas. Lo mismo con la letra y las marcas en una página –está todo bien a menos que tenga malas intenciones; o no nos importe o simplemente repitamos lo mismo una y otra vez sólo para complacer al cliente o a la gente para hacer dinero.”
James Victore dibuja letras con tinta. Con lápices. Con marcadores. Letras que no limpia en computadora. Letras radicales. Letras expresivas e imperfectas de un hiperbólico efecto gigante frente al recurso mínimo. Según Victore, la perfección mata la creatividad: “la perfección es control, y el control es el miedo al fracaso. Como diseñadores y artistas tenemos que correr el riesgo de fracasar todos los días. Y subraya, la perfección te impide avanzar, de mantener relaciones felices y vivir una vida feliz porque queremos controlarla. Y no se puede controlar.”
Para Victore no hay reglas. Aunque no tan nihilista como los ancestros punk, en su hazlo por vos mismo, la retórica de Victore es motivacional y en ocasiones de autoayuda. Inspira las potencialidades creativas del trabajo (The Dinner Series) y la experimentación (Victory Lab). Un gurú desprolijo del diseño que hace gala de su humor, buen talante y fanfarronería. “Buscamos la excelencia,–dice– pero la excelencia es un espectro muy amplio, no es un agujero para hacer puntería. Creo que la excelencia es un equilibrio entre hacer lo mejor posible, y dejar que pase toda la belleza de la vida por delante, tanto en el éxito como en el fracaso.”
En el afán de la imitación, a Victore se lo podrá igualar pero nunca superar. Y en su caracter de hombre impredecible, cuando le preguntamos qué piensa del auge del lettering y la caligrafía como la última expresión oracular, solo agrega “¿A quién le importa? Hagan lo que les gusta hacer y no se preocupen por nada.”
Para más información:
www.jamesvictore.com