Notas al pie | Compost: Sensibilidad pop
Por Lucas López
Citas cultas plenas de ánimo literario, espíritu de deriva y fotos solarizadas. Así se construye el número debut de la revista contemporánea Compost.
Surgida de las experiencias curatoriales de Sede y la admirable Correspondencia, Compost trae de aquellas revistas su obsesión por figuras distinguidas de antaño (Amancio Williams, Bruno Munari, Catherine Deneuve y John Waters entre muchos otros entrelíneas) a quienes la edición reivindica con reverencias, perlas de archivos y textos robados. Páginas que huelen a futuro de la nostalgia –lo acreditan viejas cartas de Morrissey, historias de nursery, un atleta ruso circa 1978 y recetas de empanadas-.
Aunque Compost no es retro, su diagramación y contenidos –con un delicioso encuadernado de cosido oriental– evoca artefactos europeos segmentados y aspiracionales como 200%, It’s Nice That o Apartamento, cuya levedad Compost entiende y asume como ninguna en nuestro país.
Como la misma técnica del compost, la revista incluye contenidos reducidos y reutilizados, compostados para fines editoriales, compactados para galerías y circuitos de arte. Una irrupción de interés para los seguidores de revistas independientes, modelos cultos y diseñadores gourmet, que agotaron la tirada inicial en su estreno a comienzos de 2015.
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