Notas al pie | Jurriaan Schrofer y Wim Crouwel: Dos a respetarse

La obra gráfica del holandés Jurriaan Schrofer representa una genuina búsqueda entre la percepción, el efecto visual y la perspectiva, aunque “no posee una obra tan consistente como su colega Wim Crouwel“, asevera la biógrafa Frederike Huygen (1) en el estudio Jurriaan Schrofer (1926-90) Restless Typographer. Si bien ambos se formaron en el estudio del renombrado Dick Elffers, para Huygen “en la carrera de Crouwel fueron determinantes treinta años de trabajos para museos, mientras que Schrofer pareció saltar de un cliente a otro.” Según reivindica y hace justicia el propio Crouwel “Jurriaan era el intelectual entre los diseñadores. Llegaba a los clientes con historias maravillosas y argumentos elaborados para las soluciones que proponía.”

Schrofer fue magnífico en su forma de pensar el diseño y la tipografía. Nada le era ajeno en términos de experimentación. Las tapas de libros para Archontes (1975) son prueba de ello. Piezas que exhiben una ejecución pionera en el uso de formas, luces y sombras. A su vez, los incontables dibujos de letras para alfabetos, lápices para tapas de memorias y tramados preanuncian una estética digital previa a la computadora. Jurriaan Schrofer legó un archivo inmenso, con curiosidad en temas como la semiología, el op-art y la enseñanza que justifica la definición de tipógrafo inquieto.

(1) Publicado en febrero de 2015 en inglés, Frederike Huygen escribió “El Debate”, un acalorado encuentro entre Win Crouwel y Jan Van Toorn en el Museo Stedelijk, con prólogo de Rick Poynor. En el debate, Crouwel defendía la neutralidad del diseño y el detalle tipográfico haciendo foco en el mensaje del cliente. En tanto, Van Toorn argumentaba por su uso del caos visual, el collage, y las imágenes como parte esencial de la obra.

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